domingo, 7 de febrero de 2010

El espermatograma

Según la ciencia, el Espermatograma es un examen de semen que determina la morfología espermática, movilidad, vitalidad y los componentes bioquímicos del plasma seminal. En términos criollos el Espermatograma es una paja obligada que determina si puedes o no puedes llegar a ser un padre de familia. A mí me ha tocado hacerlo en 6 ocasiones:

La primera

Corría el año 2002 y luego de 5 años de matrimonio la entonces esposa mía decidió que ya era hora de ser padres. Los dos primeros años de matrimonio habíamos decidido cuidarnos pero los tres restantes no. Y no se embarazaba. Entonces decidimos chequearnos. Por un machismo estúpido primero se examinó ella. Todo normal. A mí me tomó algunos meses convencerme de que era también necesario revisarme a ver si era el problema. Y al fin lo hice.

De acuerdo al Doctor la muestra podía ser recogida en el laboratorio o en la casa siempre que llegue en 15 minutos al laboratorio. Debía tener una abstinencia alcohólica y sexual de 5 días. Y lo hice en mi casa. En el momento de la verdad, encerrado en mi cuarto, acostadito en la cama con el frasquito abierto a lado de mi pierna para llenarlo me concentré en María Isabel, una compañera del Colegio y nada. En Bibí Gaitán y nada. En las chicas del Éxtasis y nada. Luego de 20 minutos decidí abortar la misión antes de que me salgan ampollas en 2 partes de mi organismo.

La segunda

Después de 5 días volví a la paja. Deduje que mi primer intento fallido se debió a que no tenía motivación visual y ni de audio. Compré una película pornográfica y luego de 2 minutos de verla eyaculé fuera del frasquito manchando mi pantalón y un edredón azul. Es difícil estar pajeándose con la mano derecha y al momento de terminar buscar con la mano izquierda el frasquito y embocarlo justo en la cabeza del pene. Inténtenlo.

La tercera

Después de 15 días lo intenté de nuevo. Otra vez encerrado en mi cuarto viendo Swedish Erótica Volumen 19, a lado el frasquito y, por si acaso, un rollo de papel higiénico. Logré terminar en 2 minutos. Lamentablemente por el tráfico el frasco caliente llegó en 35 minutos. Consecuencia: muestra fallida.

La cuarta

7 días después la muestra de la cuarta paja llegó a tiempo. Pero eran fiestas de Quito y la abstinencia alcohólica y sexual fueron violadas. Consecuencia: la cantidad de semen era demasiado pequeña. Una voz coqueta del laboratorio me sugirió, por teléfono, volver a intentarlo siguiendo las instrucciones.

La quinta

Cumpliendo con todos los requisitos la quinta muestra no tuvo ningún percance. Después de un par de días los resultados arrojaron que era un varón capaz de hacer guaguas. Estuve casado con aquella esposa por dos años más, tiempo en el cual no tuvimos hijos. Me divorcié en el 2004.

La sexta

Después de un fin de semana de dos años me volví a casar. En el 2009 comenzaron las presiones familiares y sociales para ver “cuando mismo encargan guagua”. Está vez fuimos juntos al Doctor que nos sugirió hacernos los dos los exámenes. Le comenté que me había hecho en el 2002 y que los resultados fueron positivos. “Han pasado 7 años y con el estilo de vida actual más el medio ambiente pueden provocar problemas para un embarazo”, dijo el Doctor.

Luego de contarle mi historia con el esparmatograma, el Doctor me comentó que podía recurrir a un condón especial. Luego de usarlo tendría que llevarlo al laboratorio en máximo 30 minutos. No me pareció.

Decidí hacerme la paja in situ. Después de 5 días de abstinencia sexual y alcohólica concurrí al laboratorio armado de un IPOD prestado que contenía películas pornográficas. Encerrado en un baño privado del laboratorio, acostado en el piso con el IPOD en la mano Izquierda, pajeándome con la derecha, con los audífonos en mis oídos y el frasquito entre mis piernas logré terminar en 2 minutos. Vergüenza dio al entregar el frasquito caliente a la enfermera que, me pareció, se sintió cómplice de la masturbación.

Un par de días después se comprobó que era todo un varón apto para hacer guagas. Todavía lo estamos intentando.